Es la fórmula que ha convertido a Tokio Hotel en uno de los sucesos adolescentes de la última década: con su mezcla de punk y pop, el cuarteto ya suma cerca de tres millones de copias vendidas de su discografía y un culto que se ha propagado a través de las más diversas plataformas. Sus estanterías suman premios MTV de casi todas sus filiales (desde Europa hasta Latinoamérica) y su puesta en escena persigue esa misma obsesión por la multiplicidad estética.
Con esos antecedentes, acaban de cerrar su debut en Chile: según informa la productora Icon Group, el grupo se presentará el 28 de noviembre, en un reducto con capacidad para cerca de 12 mil personas, con el Movistar Arena y el Espacio Riesco como los sitios más probables. Tienen razones: en Chile su Facebook oficial suma 10 mil miembros y se han editado sus dos producciones más exitosas, Scream (2007) y Humanoid (2009). Su más reciente entrega, Humanoid City Live, llega en septiembre.
"Su look, que mezcla la vanguardia, lo alternativo y lo híbrido, ha sido clave para el éxito de ellos. Suenan mucho y han conseguido muchos fans", dice Aldo Robledo, productor encargado de la cita. El espectáculo que traen a Santiago es el mismo con el que este año han girado por el hemisferio norte y cuenta con un puñado de pirotecnia, fuegos, efectos visuales y líquido inflamable.
Además, todo esta cruzado por una pantalla de 12 metros de largo por cuatro de alto. Ahí despliegan todos los hits de su meteórica carrera, como World behind my wall, Noise, Automatic y Humanoid. "El espectáculo de la agrupación siempre mezcló una base rockera y una futurista apuesta por el sonido electrónico", dijo el diario español ABC de su reciente paso por ese país, en abril. Las entradas para Chile salen a la venta la próxima semana, y el precio estimativo será de $ 15 mil a $ 130 mil, por Puntoticket.
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